lunes, 6 de diciembre de 2010

Documento para Reunión G8 (Movimiento por la Democracia Coahuila)

Intervencion del Sen. Carlos Sotelo G. 4 de diciembre 2010 Cd. de México.


RUMBO A UN NUEVO PRD

                Los tiempos que vive nuestro partido no son los más alentadores y mucho menos los más prósperos, vivimos una crisis interna profunda y delicada que en el fondo amenaza con la propia desintegración de nuestro instituto político. Si bien es cierto que no todo esta perdido, que aún podemos y debemos rescatar los ideales y principios que nos dieron origen, también es innegable que la situación no es nada alentadora, que fuerzas contrarias a los intereses y mística partidaria hoy ocupan las instancias más importantes de gobierno de nuestro partido.
                Para entender todo esto habría que hacer un breve recuento de la historia del Partido de la Revolución Democrática, sus antecedentes y su propia configuración.         La creación y fundación del PRD obedece a la necesidad de la población de tener un órgano de representación electoral tras los graves acontecimientos de las elecciones de 1988 en donde la izquierda fue despojada de un triunfo legitimo a la presidencia; esa necesidad imperiosa de organizar a todos los actores políticos del momento nos condujo a situaciones que en ese momento eran difíciles de prevenir. Baste recordar que El gran movimiento surgido en ese momento aglutinaba diversos organismos que ideológicamente provenían desde las posiciones más radicales de la izquierda hasta las más oportunistas, pero que en ese momento era necesario sumar a la lucha y a la defensa de un triunfo legitimo, obtenido por primera vez de manera democrática y a través de elecciones. Sin embargo no medimos las consecuencias, no entendimos en ese momento especifico, como debíamos conformarnos, cual debería ser nuestra estructura orgánica y cuales nuestros principios ideológicos y programáticos. Era el momento de sumar fuerzas a como diera lugar.
                Hoy la situación es distinta, nuevamente sufrimos un fraude, una vez más la izquierda se atomizo, pacto, renuncio, se achico o como queramos verlo, el hecho innegable e indiscutible es que las fuerzas reaccionarias del régimen hicieron de las suyas, con complicidad y apatía de aquellos que en un momento determinado de la historia aparentaron luchar hombro a hombro con nosotros. Fuimos a un Congreso Extraordinario para refundar nuestro partido, propuesta que años atrás ya se había hecho pero que encontró oídos sordos de la corriente que ya se planteaba tomar el control de todo. A pesar de ello dicho Congreso no sirvió de nada, pues la refundación se convirtió en acuerdos no cumplidos, en pisoteo a los estatutos, a la línea programática e ideológica del PRD y las fuerzas de oposición nos quedamos calladas. Sumidas en la desesperanza, en la apatía, escondidos en los rincones como muñecas feas,  la Nueva Izquierda se asumía con el control de todo.
                A pesar de todo, las corrientes de pensamiento consecuente han mantenido la actitud crítica, de lucha, de resistencia contra esta amenaza, ya no externa, ya no de los enemigos naturales, sino un cáncer que poco ha poco ha carcomido al partido, que poco a poco ha ido corrompiendo a militantes y estructuras de base, un cáncer que crece y devora a nuestro partido desde las entrañas mismas de la dirigencia nacional.

                ¿Cómo se encuentra el PRD en la actualidad? En ruinas, devastado, sin credibilidad, sin militancia de base, por que es increíble que en las elecciones tengamos padrones internos de 100 mil o un millón de militantes y solo obtengamos 20 o 25 mil votos. Que refleja ello,  que ni nuestros propios militantes votan por nuestros candidatos, ya no se diga por nuestro partido. Estamos en el subsuelo, desconcertados y sin rumbo claro, sin un proyecto que unifique criterios, que unifique pensamientos ideológicos, proyectos, trabajo de base. Si, debemos de ser críticos, debemos de dejar de creernos nuestras propias mentiras y asumir el compromiso que tenemos no con el Partido, no con nuestros líderes históricos o no, sino con la patria, con los millones de mexicanos que aspiran a un cambio, a un nuevo país, a una nación más igualitaria y para ello lo principal es hacernos una profunda autocrítica. Se que la mayoría pensara que lo que necesitamos son propuestas y en efecto así es, pero no antes debemos de autocriticarnos y saber el por que y en donde hemos fallado, por que de lo contrario seguiremos haciendo propuestas con los mismos errores y vicios del pasado.
                El Partido ha sido secuestrado, pero nosotros fuimos cómplices tácitos de ese secuestro, de ese crimen contra la democracia, contra la militancia, contra nuestros principios como izquierda. Quisimos ser institucionales, civilizados, plurales, orgánicos y todo lo que se nos pueda ocurrir en pos de la unidad; pero la realidad es que fuimos débiles, apáticos, corruptos, oportunistas, advenedizos, convenencieros e infieles a nuestros propios principios. Nos interesaban más las diputaciones, las jefaturas –fueran las que fueran- las Senadurías, gubernaturas, regidurías y cualquier puesto político que significara estar en el escenario y percibir un sueldo que poco a poco se convertiría en botín y no en la remuneración justa para un servidor público, no en el honor de servir a la patria, no en la representación de los miles de votantes, no nada de eso; Hicimos del partido un gran botín para nuestras necesidades personales y de corriente.
                ¿Qué nos paso, qué fue lo que no resulto, qué fue lo que no entendimos, lo qué no asimilamos desde un principio? Si bien la pluralidad no es sinónimo de democracia, tampoco democracia es sinónimo de cada quien haga lo que se le de su gana. Mal entendimos la diversidad ideológica, la pluralidad de ideas, la libertad de pensamiento para convertir todo ello en luchas internas por el poder, por imponer las ideas de unos sobre las de los otros. No basta con reflexionar esto, con entenderlo, con asumirlo; en este momento histórico lo que se necesita es transformarlo y somos nosotros los únicos que podemos hacerlo, somos quienes vemos la problemática generada, somos quienes nos hemos visto afectados, somos quienes de una u otra forma le hemos dado vida y poder a quienes hoy usurpan la dirección nacional de nuestro partido, un partido que ha costado sangre, por que más de 600 compañeros han dado su vida para que tengamos un partido realmente de izquierda, un partido opositor y no un partido satélite de los designios del presidente en turno.
                Nuestra realidad es que no estamos organizados, no tenemos unidad ideológica, las corrientes de expresión se han convertido más que en medios de propagación de ideas, en pequeños partiditos al interior de un partido. Las diversas tendencias ideológicas de un partido deben de ser fundamentadas en un principio ideológico máximo, una idea unificadora, un principio generador, para de ahí transformar con nuevas y mejores propuestas, para ser constructivos y no destructivos, para avanzar y no retroceder en la búsqueda de una sociedad más justa e igualitaria. Sin embargo las corrientes en el partido se han convertido en cotos de poder y no en motores generadores de propuestas ideológicas que mejoren las formas de gobierno, que mejoren el ambiente organizativo, que mejoren la calidad de nuestros militantes, que generen cuadros políticos capaces de transformar el estado actual de cosas.
                Es fundamental en estos momentos retomar los principios ideológicos que dieron base a nuestro partido, hacer valer los estatutos e impedir a toda costa que se sigan dando violaciones a los mismos; evitar que se condicione la actuación de los órganos de gobierno y garantías por que de ahí se genera la credibilidad de cualquier institución. Si no somos capaces de defender lo que es nuestro por principio de pensamiento, no seremos capaces de defender ninguna otra cosa. La importancia de retomar el rumbo ideológico no solo es para enfrentar a los enemigos internos, sino para fortalecer nuestra posición político ideológica con los enemigos externos.
                La situación actual del Partido no sólo se encuadra al ámbito nacional, a la dirección actual, sino que repercute en todos los estados y municipios en donde el PRD tiene presencia. Desde el 2003 la mayoría de las dirigencias estatales se vieron golpeadas por la NI fuera a través de pactos con los gobiernos locales –PRI o PAN- o con estratagemas apoyadas por cuadros que mantenían en la dirigencia nacional. En esos momentos no fuimos capaces de asumir la defensa, de enfrentar el problema y lo dejamos crecer. Dejamos avanzar a esta corriente que poco a poco fortaleció sus lazos con priistas y panistas de acuerdo a sus propias conveniencias para desmantelar al PRD .
                Pero no todo es malo, esta situación de crisis nos ha permitido entender que la unidad de principios es la base del avance en cualquier institución política. Entender que aquellos militantes comprometidos realmente con la izquierda son quienes pueden y deben de ser el motor del cambio nos acerca a una posición de unidad, base de todo aquello que quiera ser principio de transformación. Es pues tiempo de lograr acuerdos de fondo y no solo de forma en pro de la unidad de quienes tenemos como principio y forma de vida la militancia de izquierda. Es hoy el tiempo de cerrar filas en torno a un proyecto de partido que rescate los principios ideológicos y políticos que nos dieron vida. Es el momento de ser autocríticos pero también propositivos, dejar atrás las practicas oportunistas, infantiles, clientelares y pragmáticas; y acercarnos en función del bien común, en el objetivo máximo que es la patria. Hoy no podemos permitirnos errores de forma, no podemos darnos el lujo de tratar de imponer posiciones. Es el momento histórico de transformar, de tomar verdadera conciencia de nuestro papel histórico en el desarrollo político de nuestra nación. Hoy es el momento en que debemos volcar nuestro patriotismo y vocación de servicio en pro de una nación mejor y eso solo lo conseguiremos con UNIDAD; unidad de principios, unidad de acción, unidad de propuestas, pero sobre todo con unidad ideológica.
                Ahora bien es importante destacar que en la actualidad nos hemos desviado del papel que como partido tenemos ante la sociedad, es decir nos hemos alejado del trabajo de base, de la actuación organizada sobre problemas sociales, de la formación de cuadro, de la propaganda ideologica de partido y no solo electoral. Nos convertimos en un partido electorero sin propuestas ciudadanas, un partido clientelar, un instituto ocioso que permitió a las fuerzas reaccionarias al interior y exterior desgastarnos, dividirnos y confrontarnos. Hemos abandonado el trabajo real de un partido, luchar por mejorar las condiciones de nuestro pueblo, por gobernar para nuestro pueblo, por crear ese concepto de hermandad partidista que en su momento caracterizo a la izquierda… dejamos de ser una familia para convertirnos en “tribus” donde cada quien buscaba su interés particular y no el de la nación como la gran familia que unificaba.
                Hoy a nuestro entender, desde la pequeña trinchera que ocupamos en el norte de México, creemos necesario retomar varios aspectos fundamentales para el desarrollo político de nuestro partido:
·         Consideramos que la actual crisis es en su fondo provocada principalmente por la Nueva Izquierda en un afán protagónico, oportunista, entreguista y vende patria; que para transformar la actual situación es necesaria e impostergable la salida inmediata de esta corriente de nuestro partido y desconocer la dirigencia nacional impuesta por un Tribunal Electoral al servicio del Estado y los panistas. Hacer valer de inmediato los acuerdos del Congreso Nacional Extraordinario y dejar sin efecto cualquier acuerdo que se haya tomado por la Dirección Nacional y el Consejo Nacional, el cual no ha podido ejercer como órgano de dirección pues se ha supeditado al mayoriteo de la Nueva Izquierda.
·         Que debemos encontrar un punto de unidad inmediata ideológica entre los participantes a fin de generar de manera expedita resolutivos para exponer a la nación los motivos y causas de la crisis que enfrenta el partido, recomponer el rumbo y ser una alternativa viable para la toma del poder en el 2012, con propuestas económicas, políticas y sociales acordes a la realidad concreta del país, a la propia crisis que enfrenta la nación tras décadas de entreguismo, al propio desafío que representa el retomar el trabajo de base y generar la confianza en los sectores del pueblo que alguna vez fueron el pilar de nuestro partido.
·         Que es importante e impostergable la construcción de estructuras sociales que ejerzan el poder popular, las organizaciones de base, las asociaciones civiles, de colonos, de barrio, de estructura electoral, culturales, sociales que den la batalla frontal ante el poder establecido, ante los órganos de gobierno amafiados, ante las instancias corruptas, ante la nación y el mundo. Sin este ejercicio de organización seguiremos encadenados al clientelismo y las políticas electorales. Necesitamos construir desde abajo un nuevo PRD.
·         En la actual situación, solo vislumbramos dos alternativas o sale la Nueva Izquierda del partido por no respetar la línea ideológica y estatutaria del mismo o pensamos seriamente no en una refundación a medias, sino en un nuevo partido acorde a los principios que nos dieron vida como institución política. En el sentido de no abandonar el barco, sino de reconstruirlo pero desde sus bases.
·         Que es importante que dejemos el centralismo y veamos a todos los estados y a todos los militantes con las mismas oportunidades y facultades para opinar, decidir y ser parte constructora de este nuevo PRD que queremos. Por que por mucho tiempo hemos perdido espacios en los Comités Ejecutivos Estatales por esa falta de apoyo oportuno y eficaz por parte del centro y esos espacios han sido cooptados por la Nueva Izquierda para aliarse a los enemigos –PRIAN-  y marginando a los verdaderos militantes de izquierda, a los verdaderos opositores. Si queremos cambiar las cosas es el tiempo de trabajar unidos todos desde abajo, desde el norte, desde el sur, de costa a costa por un bien común el rescate de nuestro partido.
·         Proponemos se apliquen los estatutos y se respeten los acuerdos y que si los órganos partidistas encargados de ejercer la vigilancia de las normas no son capaces y las instituciones de gobierno son amafiadas y corruptas lancemos un llamado a las instancias internacionales para hacer valer nuestros derechos; para expulsar a todos aquellos que han traicionado los principios ideológicos y  políticos de nuestro partido, a aquellos que han violado las normas estatutarias.

                Esta reunión nacional, que agrupa a muchas corrientes de pensamiento de nuestro partido, pero que comparten un principio común, es la muestra de que con voluntad se pueden lograr acuerdos de fondo. Sabemos que habrá muchas cosas que cambiar, que proponer, que discutir tanto en lo general como en lo particular, pero no es imponiendo la voluntad de unos sobre los otros como avanzaremos. Debemos empezar a construir una nueva forma de generar unidad, a través de una democracia participativa donde todos quepan, donde todos sean uno solo, de ahí partiremos a la construcción de ese PRD que todos queremos, ese que nos motivo a su creación, ese que aglutino a grandes sectores de la población, ese que ha sido capaz de gobernar, ese que ha dado la sangre de sus militantes por una nación mejor.
                Hoy estamos ante un proyecto histórico y es así como lo debemos asumir, una parte fundamental de cualquier organización es su capacidad renovadora, su capacidad de generar acuerdos, de motivar a nuevos proyectos, de ser siempre joven y entusiasta en sus propuestas, de ser transformadora. A lo largo de muchos años la izquierda ha podido sobreponerse a fallas, pragmatismo, dogmas y situaciones adversas y hemos salido adelante en base a ser críticos y aitocriticos, en función del análisis concreto de nuestra realidad. Hoy no es distinto, hoy debemos asumir la responsabilidad histórica con nuestro pueblo, con la patria.


Movimiento por la Democracia
Coahuila

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